martes, 25 de mayo de 2010

Se está configurando el cambio

Creo que los mexicanos estamos comenzando a necesitar un cambio, se oyen las voces de muchos diciendo frases de todo tipo, desde "YA BASTA" así, con mayúsculas, hasta "HAGAMOS ALGO", pasando por una amplia variedad de expresiones, pero todas confluyendo en el deseo y necesidad de hacer un cambio al México que tanto le urge. El  tema de la parafernalia del centenario de la revolución y bicentenario de la independencia ha desatado cantidad de emociones en un ya de por sí emocionado pueblo. Algunos creemos que más que celebrar la libertad lo que tenemos que hacer es ejercerla honestamente, que más que celebrar la revolución debemos revolucionarnos y que más allá de gastar millones en festejos que no dejerán más que recuerdos y quién sabe qué ganancias a los involucrados, lo que tenemos que hacer es darle honor a las dos luchas que rememoramos y que le costaron la vida a tantos que, sí vieran lo que hemos hecho con lu legado, posiblemente se revolcarían en sus tumbas.

Salir a gritar consignas y reclamos bloqueando el tráfico de una de las calles más transitadas de la ciudad más poblada del mundo no sólo es un abuso, sino un pésimo ejercicio de esa libertad que otros ganaron para nosotros. Nos hemos ido de boca por el gran peso que nos representa nuestra libertad, al grado que ahora nos volcamos hacia el libertinaje, hacia el abuso, hacia el exceso. De ser un pueblo oprimido que no gozaba de sus mínimas libertades, ahora nos sentimos con derecho a todo, incluso a aplastar la libertad de otros.

Cuando un "manifestante" bloquea Av. de la Reforma para "reclamar", en realidad lo que está haciendo es aplastar la libertad de todos los que necesitan pasar por ahí. Qué no dicen que la libertad de uno termina donde comienzan los derechos de otros? ¿Dónde están las autoridades que deben hacer valer los derechos de todos? 

El cambio no puede esperar, pero no se da desde los representantes populares, estos son incapaces de hacer que una cultura cambie. El cambio tiene que venir de nosotros mismos, del granito de arena que ponga cada uno para que le país entero cambie positivamente. No se va a poder mejorar el país si los que lo habitamos no hacemos algo. Decía Séneca, "el poder de uno es hacer algo..." lo que sea, pero hacer algo. No podemos esperar que el país mejore cuando seguimos tirando basura a la calle, cuando nos paramos en doble fila para recoger a nuestros hijos de la escuela, cuando lavamos nuestro coche con el chorro de la manguera, cuando desperdiciamos talento chateando, oyendo música o viendo videos de youtube durante el horario de trabajo.

El cambio se está configurando, sólo basta que cada uno de nosotros haga su parte.

¿Tú crees que el cambio positivo se pueda dar pronto?

Pues creo que ya me está llegando la edad.

Y bueno, a todos nos llega la edad cuando nos llega la edad, pero cúal?
Pues esa, la que cuando eres joven pareces temer, pero que, cuando llegas, te das cuenta que estabas en un error ya que lo contrario sería no llegar, lo cual es equivalente a haber muerto antes, si es que se puede morir antes... de qué?

Asi que, entendiendo que mi edad, esa a la que ya llegué pero que parecía que no quería llegar son exactamente mis cumplidos 42 años, se me motivan algunas reflexiones.

Una de estas reflexiones es con respecto al dicho aquel de "como el brandy, entre más viejo más bueno" pues, si bien es cierto que durante un buen tiempo que, es bueno mientras dure, he creido ciégamente en el, ahora creo que a cierta edad este dicho comienza a declinar. No digo que sea falso el dicho, como escribi antes, he vivido casi rindiendole culto, pero creo que en los hombres (las feminas son un caso aparte), ese dicho llega un momento en que no aplica y queda mejor uno del tipo "como el plátano, entre más viejo más pachiche" claro, este sin detrimento de que el platano, cuando le toca estar duro, está verdaderamente duro.

Hay un dicho de Víctor Hugo que reza "los 40s son la madurez de la juventud, y los 50s son la juventud de la madurez", así que me toca ser maduro entre los jóvenes o joven entre los maduros, o, mejor aún, un nonato maduro. Lo quiero ver de la manera que más me convenga.

El caso es que, como decía antes, me está llegando la edad, esa edad que todos tememos en verdad sin razón, esa edad que llega cuando le toca, ni antes ni después, no por nada está medida, no por nada se registra el inicio y se revisa cada año cómo va y si sigue yendo. El asunto es que a cada avance se haga algo para que los que quedan conmemoren también su final, si duró poco o si duró mucho ya deja de ser importante, lo importante es que haya durado suficiente para ser disfrutada.

No por nada, cuando ya se llega se dan gracias a Dios por haber llegado, y si uno tiene memoria, se recuerda cuando decíamos cosas que sonaban a no querernos ver así, algo así como temer y desear llegar. Ahora, ya no le temo a verme viejo cuando me toque verme viejo, ya no le tengo miedo ni siquiera a ser un viejillo ridículo que anda haciendo cosas que "no le van a su edad" ya no temo que los chavos no me quieran hablar de tú, ya no me da pena que mi hija se apene por las locuras que hago creyendo que eso sólo lo debe hacer otra persona menos yo, al fin y al cabo eso me lo he ganado con 42 años de añejamiento.